Cada año, aproximadamente un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial termina en vertederos. Esta enorme pérdida no solo representa un desafío ambiental, sino también un impacto económico devastador, estimado en $230 mil millones. Conscientes de la urgencia de esta crisis, gobiernos estatales y locales en Estados Unidos están implementando políticas para recolectar residuos orgánicos, con el objetivo de desviar los desechos alimentarios de los vertederos.
Este impulso por reducir el desperdicio ha tenido un efecto colateral positivo: la expansión de la industria del compostaje. Como resultado, alrededor del 70% de las instalaciones que procesan residuos alimentarios ahora aceptan algunas formas de empaques compostables. Estos empaques, diseñados para desintegrarse en condiciones de compostaje adecuadas, ofrecen una solución innovadora al problema del desperdicio.
Sin embargo, existe un desafío clave: la falta de información pública sobre cómo estos empaques compostables certificados para contacto con alimentos se descomponen en instalaciones de compostaje reales. ¿Qué condiciones son necesarias para que los empaques se desintegren de manera efectiva? ¿Qué tan bien funcionan en la práctica?
Un reciente informe llena esta brecha de información, proporcionando datos valiosos que apoyan la transición hacia un uso más amplio de empaques compostables. Este estudio, liderado por el Consorcio de Compostaje, analizó la desintegración de más de 23,000 unidades de empaques compostables en la prueba de campo más grande de su tipo realizada en América del Norte.
Los resultados del informe reemplazan las anécdotas con datos precisos, ofreciendo información detallada sobre la realidad de la desintegración de estos empaques e identificando las condiciones óptimas que favorecen su compostabilidad. Esto no solo ayuda a los compostadores a mejorar sus prácticas, sino que también garantiza que el crecimiento de los empaques compostables se produzca de manera responsable y efectiva.
El éxito de este estudio fue posible gracias a la colaboración de diversas instalaciones, entre ellas: Ag Choice, Atlas Organics, Black Earth Compost, The Foodbank, Inc. de Dayton, Ohio, Happy Trash Can Curbside Composting, Napa Recycling, Specialized Environmental Technologies, Inc.’s Empire Facility, Veteran Compost y Windham Solid Waste Management.
Además, los datos recopilados serán donados al Programa de Pruebas de Campo de Compostables, una plataforma internacional de investigación sin fines de lucro que busca correlacionar las condiciones de compostaje con la desintegración de productos y empaques comunes. Esta información también apoyará el desarrollo del primer estándar de prueba de campo ASTM para empaques compostables, contribuyendo a mejorar la infraestructura y las prácticas de compostaje a nivel global.
El informe es el resultado de una colaboración entre Closed Loop Partners y organizaciones clave de la industria del compostaje, como el Consejo de Compostaje de Estados Unidos (USCC), la Fundación de Investigación y Educación sobre Compostaje (CREF) y el Instituto de Productos Biodegradables (BPI), junto con socios de diversas marcas comprometidas con la sostenibilidad.
En conclusión el desperdicio de alimentos es un problema urgente, pero con soluciones innovadoras como los empaques compostables, podemos reducir su impacto en el medio ambiente. A medida que la industria del compostaje evoluciona, la colaboración entre sectores es esencial para garantizar que estas soluciones funcionen en el mundo real y contribuyan a un futuro más sostenible. Este informe es un paso clave en esa dirección.
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