El principal origen del desperdicio de alimentos en Estados Unidos es el hogar, según ReFED (2016). Aunque no hay una solución rápida, un estudio de la Facultad de Envases de la Universidad Estatal de Michigan (MSU) resalta la importancia de los envases en la reducción de desechos. El informe "Minding the Gap" explora cómo los consumidores comprenden la función de los envases en la conservación de alimentos y su capacidad para reducir el desperdicio.
Las frutas, verduras, productos lácteos y sobras son los alimentos más desperdiciados, con las frutas y verduras representando el 77% del desperdicio total. Los consumidores prefieren envases que prolonguen la vida útil de los productos, lo que podría reducir el desperdicio. El estudio también muestra que la cantidad de alimentos desperdiciados varía según la demografía, con los jóvenes y los hogares de mayores ingresos desperdiciando más.
A pesar de los avances en la tecnología de envases, como los envases de atmósfera modificada, activos e inteligentes, muchos consumidores no están familiarizados con estos desarrollos.
El estudio llama a una mejor educación para que los consumidores comprendan los beneficios de los envases en la conservación de alimentos y la reducción del desperdicio. Organizaciones como AMERIPEN y EREF están comprometidas con la investigación y la educación en prácticas sostenibles para lograr una economía más circular.
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